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EPIDEMIOLOGÍA

El cáncer de vagina es muy raro, representando cerca del 1-3% de todos los tumores ginecológicos (59). Es una neoplasia típicamente de mujeres postmenopáusicas, aunque su incidencia está aumentando en mujeres jóvenes probablemente por aumento de la tasa de infección por HPV, especialmente en regiones donde el HIV es prevalente.

FISIOPATOLOGÍA

El cáncer de vagina se define estrictamente como un cáncer que se encuentra en la vagina, sin evidencia clínica o histológica de cáncer cervical o vulvar, o sin una historia previa de estos cánceres durante los cinco años previos (60). Esto es debido a que hasta el 80% de las lesiones sospechosas en la vagina corresponden a lesiones de cáncer cervical o vulvar, u otras metástasis (por ejemplo, mama, endometrio, trofoblasto, ovario, linfoma, etc.).

Los principales factores de riesgo son infección por HPV, múltiples parejas sexuales, inicio de actividad sexual en edad precoz, exposición a dietilestilbestrol en útero, inmunosupresión, histerectomía previa, cáncer anogenital previo y radiación pélvica previa.

La histología del tumor primario vaginal más frecuente es el carcinoma escamoso de vagina (85-90% de los casos), asentando habitualmente en el tercio superior de la vagina y en su pared posterior.

El adenocarcinoma vaginal menos frecuente (10-15% de los casos), la mayoría de tipo célula clara, casi siempre en la pared vaginal anterior. Puede estar asociado a exposición a dietilestilbestrol en útero, siendo característico un pico de incidencia entre los 15 y 27 años y un buen pronóstico. Cuando no está relacionado con dicha exposición, aparece más tarde (a una media de 55 años) y con peor pronóstico.

Los linfomas, los sarcomas y los melanomas de la vagina son extremadamente raros.

 

PRESENTACIÓN CLÍNICA

El síntoma más común es el sangrado vaginal en un 70% de pacientes (posmenopausia, poscoital), seguido de la disuria (13%). La leucorrea existe en el 8% de las pacientes. Menos frecuentemente se presenta como masa palpable, dispareunia o dolor perineal (en estadios avanzados). En un 14% de los casos las pacientes están asintomáticas (un 7% aparece en la exploración ginecológica rutinaria y otro 7% en la citología vaginal rutinaria).

DIAGNÓSTICO

En pacientes con sospecha de neoplasia vaginal, adicionalmente a la historia y examen físico completo, debe realizarse la biopsia de la lesión sospechosa. La resonancia magnética es el examen de elección para la evaluación de la extensión locorregional. La TC normalmente es efectuada para evaluar la afectación ganglionar y a distancia. La PET-TC tiene un papel en la definición de extensión de enfermedad regional y a distancia.

ESTADIFICACIÓN

Se recomienda la estadificación de las enfermas con diagnóstico de cáncer de vagina mediante la clasificación FIGO revisada en 2009 (61) asociando el estadio TNM de la AJCC correspondiente (véase Tabla 8).

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